La manufactura del cáñamo.
La manufactura del cáñamo se inicia con la recolección de las cañas. Luego estas cañas de 2 metros aproximadamente se introducían en balsas durante 40 días para que se pudriera la celulosa de los tallos y así poder trabajar dichas cañas. Luego estas se ponían a secar. El siguiente proceso era el “agramado”, hecho con unos aparatos que consistían en un tronco cortado a lo largo en forma triangular y con una cuchilla metalica no cortante, el oficial agramador colocaba transversalmente las cañas y las partía, tronchando la celulosa y sin romper la fibra sacaba en un primer proceso las fibras largas que eran la corteza de los tallos. Las primeras fibras pasaban a la operación de “espadao”. Esta se hacía con un aparato hecho con una pala vertical sujeta al suelo. El “espadaor” colocaba la fibra en el borde afilado de la tabla vertical y con la “espada” (especie de espada muy ancha, hecha de madera de olivo) trataba de hacerle a la fibra un primer cepillado, separando las fibras de cáñamo del resto.
Se seguia con el rastrillado de la fibra por los oficiales y con la rastra algo afilada se iba sacudiendo y extrayendo si queda alguna cñamina y lo más basto del cáñamo. Una vez seleccionada la fibra, ésta pasa al huso donde las mujeres hilaban el hilo que se tejía en los telares por los aprendices y maestros.